Ángel Olgoso: ¿Cuentista oculto o cuentista de culto?
(c) Diego Abelenda
Ángel
Olgoso:
¿Cuentista oculto o cuentista de culto?
Si
existe un género literario especialmente maltratado por la historia de la
literatura, sin duda alguna es el relato hiperbreve. Posiblemente decir que es
un género maltratado sea excesivo. No en vano la literatura del siglo XIX y
comienzos del XX nos ha deparado grandes cuentistas, maestros del relato corto.
Y por encima de cualquier otro continente, el hispanoamericano se lleva la
palma. ¿Habrá alguien que no haya leído los relatos hiperbreves de Juan José Arreola,
Augusto Monterroso o Julio Torri?. Y puestos a rizar el rizo, ¿de Ángel Olgoso? De los primeros, van a
permitirme la licencia de ponerlo en duda. Del último... Para eso estamos aquí,
porque incluso para mí, descubrir a Ángel Olgoso y sus relatos de Cuentos de otro mundo, Los demonios del
lugar o Los líquenes del sueño
(Tropo Editores 2010) fue tan agradable como en su día leer el relato del
dinosaurio de Monterroso. Aunque en el caso de Los líquenes del sueño no estemos hablando de microrrelatos, si lo hacemos en general de un avezado
microrrelatista. Y es que Ángel Olgoso ha recopilado en su último libro tres décadas
de relato breve en el que se echan en falta para todos aquellos que le seguimos
desde hace años los correspondientes a la etapa del cultivo de sus
microrrelatos, posiblemente la etapa mas fecunda y misteriosa literariamente
hablando.
Pero
vayamos por partes.
Cuando parecía casi imposible
desbancar al dinosaurio de Augusto Monterroso como el cuento mas breve de la
historia de la literatura, (Cuando despertó, el dinosaurio todavía
estaba allí), viene Guillermo Samperio con El fantasma (pag. 223 de Por
favor sea Breve 2 (Editorial
Paginas de Espuma), y uno se pregunta, ¿es que acaso El dinosaurio de
Monterroso no es un cuento como algunos defienden sino una novela en sí misma
con argumento, nudo y desenlace?. En fin, sirva esto como reflexión a la hora
de abordar la lectura de uno de los libros más interesantes de cuantos se han
editado últimamente, Por favor sea breve 2. Porque
El
dinosaurio es posible que se resista a ser un hiperbreve, pero todos
los relatos breves incluidos, seleccionados por Clara Obligado en su segunda
antología, lo son. Hasta un total de doscientos aproximadamente. Un
experimento editorial y narrativo que supone y supuso de alguna manera la
puesta de largo de un género excesivamente olvidado y denostado, tanto por los
autores como por la propia crítica. Sin embargo, el microrrelato, hiperbreve, relato cuántico, cuento corto, minificción….,
ha alcanzado la madurez como género literario, es más, se codea por fin de
igual a igual con sus hermanos mayores, la poesía, la novela, el aforismo…. Y
es por eso por lo que en esta nueva Antología
Por favor sea breve 2, podemos encontrar maravillosos cuentos
de Luis Mateo Diez, Carlos Vitale, Juan Pedro Aparicio, Max Aub, Raúl Brasca,
Juan Perucho, Andrés Neuman, Antonio Pereira, compartiendo espacio con Román
Acin, Ángel Olgoso, Juan José Millas, José María Merino, Ángel Zapata, Fernando
Iwasaki….Sólo cabe decir al lector: por favor, sean breves al leer los
microrrelatos, pero déjense enredar por la magia de sus palabras.
Conozco a Ángel Olgoso desde que en
1998 se alzara con el Premio Caja España
de libros de cuentos con Cuentos de otro mundo, un volumen de
relatos sorprendente dentro del panorama literario de la época que ya
anticipaba que nos encontrábamos ante un autor de raza, diferente, que bebía de
Poe, Kafka y Conan Doyle, de los patafísicos franceses y como no, de los
geniales Borges y Cortazar. Ya entonces, cuando el relato hiperbreve,
minificción o relato cuántico como ahora algunos escritores pretenden
rebautizarlo, no estaba de moda (vamos aceptar que hoy en día es una moda que
lentamente se ha convertido en género independiente), Ángel Olgoso presentaba
lo que podría haber sido el relato mas corto de la literatura universal con
permiso de Augusto Monterroso, o la novela mas corta, que tanto monta, monta
tanto. Me refiero al cuento Cuando el
Obispo de Fano, sifilítico, sodomizo al hijo del papa, que decía: “Eran
otros tiempos. ¿Eran otros tiempos?”.
Un ejemplo de concisión que aún hoy en día parece difícil de superar. Bien.
Pero pasaron los años, y Ángel Olgoso reaparecería (de nuevo literariamente)
con el volumen de relatos Los demonios del lugar, con el que
habría de ganar el I Premio Internacional
de Terror Villa de Maracena. Conviene aquí hacer un inciso y contemplar la
literatura española de los últimos años con perspectiva: ésta no se ha
caracterizado precisamente por cultivar este genero, el terror, lo
eufemísticamente llamado gótico...., y mucho menos desde el relato corto. De
ahí el doble interés por un escritor como Ángel Olgoso. No creo que estemos
ante un escritor oculto, aunque lo parezca, y sólo el tiempo nos dirá si se
habrá de convertir en ello. Los demonios del lugar (Editorial
Almuzara) lo componen 49 relatos breves o muy breves para leer y releer,
hojear y degustar, unidos por una temática común que raya lo fantástico y que
incluso llega a rozar las leyes de la verosimilitud aristotélicas. No podría
ser de otra forma, ya que nos resultaría en caso contrario difícil el
imaginarnos a unos jugadores de bolos
utilizando una calavera, por ejemplo, en el relato Cleveland (pag. 144) a mi juicio uno de los mejores y de los que
mejor definen toda su concepción de la literatura. ¿Tiene pues magia en las
manos el autor?. Es posible, ya que es difícil encontrar tanto romanticismo y
poesía en sus relatos y a la vez a un escritor que se atreva a recordarnos al
Allan Poe de El pozo y el péndulo. El
descaro de Olgoso resulta casi insultante. Su capacidad y facilidad para jugar
con las palabras y los sentimientos, inquietante. Ahora Ángel Olgoso regresa
por partida doble y con doble Editorial: con La maquina de languidecer
(Editorial Paginas de Espuma) y con Los líquenes del sueño (Tropo
Editores). Estamos de enhorabuena. La leyenda continúa. Y nosotros mientras
tanto podemos seguir disfrutando del que sin duda es el mejor “cuentista” del
panorama literaria español del momento.
Pero sigamos por partes. Los
líquenes del sueño, la excusa que hoy me ha traído a escribir sobre
Ángel Olgoso, es a su manera…. un libro trampa.
Y es un libro trampa porque reúne los relatos de la mitad de tres décadas de
trabajo (sin incluir los microrelatos, a mi juicio los mejores trabajados)
desde 1980 a
1995. Es un libro trampa porque entiendo que le resulte difícil a un lector
neófito infiltrarse en el mundo de Olgoso a partir de Los líquenes del sueño, como
lo fue en su día para mi hacerlo con Cuentos de otro mundo, pero….es un
libro trampa porque muestra a un Ángel Olgoso en estado puro (Muerte como lomo
de pez –Pág. 35) , (Edén Express –Pág. 41 ) , (Las Patas de la víbora – Pág. –
42 ) , aun influenciado por sus referentes literarios ya mencionados.
Queda aun por saber, y posiblemente no
sea Los
líquenes del sueño el libro mas adecuado para ello, cuando y en que
momento Ángel Olgoso decide romper amarras y volar solo. Algún día hablaremos
de ello. Con todo, como Antología de relatos para conocer e introducirse en su
obra, diría que resulta excesiva y un tanto confusa para un neófito, no para un
conocedor del autor. Pero se agradecen este tipo de iniciativas editoriales,
estas apuestas, arriesgadas, sin duda, y posiblemente escasamente comerciales,
pero de gran valor en si mismas.
Dice Julia Otxoa, otra cuentista,
microrrelatista, o como se quiera denominar, que en este
umbral del siglo XXI es absolutamente necesario acabar con la estrechez de miras en la percepción de
otros géneros que no sean la novela, el ensayo, o el cuento clásico. Se precisa
urgente la apertura de la comprensión
intelectual a otras formas de escritura breve cuya creación ha dado nombres
como Kafka, Max Aub, Borges, Monterroso, etc. etc y cuyo legado literario es indiscutible.
Ahí habría que añadir indiscutiblemente a Ángel Olgoso, ya que su talento,
fuera de todo lugar, tan sólo nos invita a dudar sobre su capacidad para con el
relato largo o la novela, algo que por otra parte no se le echa de menos.
(C) Luis García
(Publicado en la revista Turia)
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