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Mostrando entradas de mayo 16, 2021

Vida del señor de Molière - Mijaíl Bulgákov

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  Vida del señor de Molière Mijaíl Bulgákov   Los quince últimos años de la vida de Mijaíl Bulgákov ejemplifican bien las desventuras de un intelectual disidente en la Unión Soviética de José Stalin, aunque hay que decir también que la admiración de éste por alguna de sus piezas teatrales fue lo único que le salvó de males mayores. Estas difíciles y complejas relaciones con el poder se reflejan sin duda, con Luis XIV haciendo el papel de Stalin, en la biografía que Bulgákov dedicó a su admirado Molière, y que ahora reedita Montesinos en la versión castellana de Ricardo San Vicente. Es ésta una biografía amante del detalle, con las fechas de los estrenos y las cifras de las recaudaciones, pero marcada sobre todo por el humor incisivo que caracteriza al gran satírico ruso, autor de una prosa mordaz y directa, cargada en este caso de un inmenso amor por el protagonista y su obra. El libro presenta un retrato de la Francia del XVII,   y recorre toda la vida del hijo de un tapicero

Théophile Gautier, Poemas.

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  Théophile Gautier, Poemas . Pre-Textos, 2007.       Como señala en el prólogo, el traductor Carlos Pujol (que es, asimismo, el encargado de la selección en esta antología), Gautier no ha sido un autor bien tratado por la posterioridad. Cita obligada en los manuales de literatura, el autor de Esmaltes y camafeos parece, sin embargo, condenado a ser visto como un autor ciertamente representativo de una época pero cuya propia obra no suscita demasiado interés excepto entre los filólogos y los críticos literarios. No obstante, quien se acerque sin prejuicios a los poemas de esta antología probablemente descubrirá a un autor que, sin llegar a las más altas cotas de excelencia de la gran poesía francesa del XIX, no es, sin embargo, un poeta desdeñable. Delicado orfebre del verso, buen observador, Gautier sabe que las palabras del poema corren el riesgo de perderse entre tanta palabrería banal. Pero sabe también que, a menudo, es esa conciencia de lo que es o parece trivial la que

Los haikus del tren

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  Publica El Gaviero Los haikus del tren libro en el que el haikú, como todo poema, nace en la piel, pero crece tras ella: en la razón y la sinrazón, en la sintaxis y la subversión de la sintaxis. Por otra parte, el tren constituye una magnífica metáfora de un principio de la doctrina budista que informa muchos haikús: el mundo cambiante, la constante transformación de todo: «Nada está quieto / ni siquiera un momento. / Mirad los árboles», escribió Seiju. Ciertamente, tanto el interior del ferrocarril –los viajeros, inmóviles en el centro del movimiento– como su exterior –el paisaje ensartado por las estaciones del recorrido– cambiaban sin cesar: el cielo acumulaba láminas de glicerina u oquedades añiles; el boscaje era más esquemático o más amarillo; un apeadero recién pintado aparecía tras una curva como una margarita mojada y enorme; una casa en construcción, junto a la vía, lucía el penacho creciente de la chimenea; un grupo de escolares llenaba el aire de caos y de risas. Sin emb