Entrevista Eugenia Rico




EUGENIA RICO:
“Tras el silencio, no sé si soportaré el ruido”
“La cultura es un bálsamo ante la incertidumbre”
La escritora publica “HISTORIA DEL SILENCIO”, un libro que tiene como escenarios Madrid, Venecia y Nueva York



A Eugenia Rico le sorprendió el silencio en Venecia, la ciudad donde reside habitualmente. Cuando la pandemia sobrevino, vivía un momento dulce como escritora, porque acababa de recibir, junto a Ian McEwan, el Gran Premio del Festival Literario de Venecia y echaba a andar su gira italiana con la novela “La muerte blanca”. Todos los planes se suspendieron y Eugenia Rico se puso a narrar lo que vino después. Y centró su “Historia del silencio”, publicada por Elliott, en los tres epicentros de la crisis sanitaria global: Venecia, Madrid y Nueva York. Curiosamente, las tres ciudades que ella más ama.
PREGUNTA. ¿Por qué se le ocurrió escribir este libro? 
RESPUESTA: Mis amigos, mis seres queridos estaban perdidos, angustiados, buscaban respuestas. Nunca me sentí tan útil, porque escribir era una respuesta a esa angustia. Escribir para dar voz a las voces que estaban atrapadas en el silencio. Entender lo que pasaba y crear un mundo nuevo a partir de nuestros gestos cotidianos. Todas las mañanas yo colgaba un pequeño texto en mis redes y me escribían desde España, desde México, desde Argentina para darme las gracias, para decirme que les ayudaba. Todavía recibo mensajes de agradecimiento por haberles acompañado en el confinamiento. Éste es un libro contra el ruido que no nos deja oír lo que de verdad importa. Y ahora, tras el silencio, no sé si soportaré el ruido.
P. ¿Por qué Madrid, Nueva York y Venecia?
R. Son las tres ciudades más vinculadas a mi vida adulta, donde vivían tantas personas queridas. En pocos días, se convirtieron en los tres epicentros de la pandemia. Los tres han sido símbolo de tres formas distintas de afrontar el silencio.
P. ¿Qué vínculos le unen a estas tres ciudades?
R. He vivido en las tres, he amado en las tres, sueño todas las noches con las tres. Y se parecen: Venecia es la Manhattan del pasado, la isla donde todo era posible, Nueva York es la isla donde todo es posible, y Nueva York y Madrid comparten una característica única: son los únicos lugares del mundo donde a los tres días de llegar ya eres de allí. Madrid es el rompeolas de todas las Españas. Nueva York es el rompeolas del mundo. La mayor parte de sus habitantes no han nacido allí y sin embargo la ciudad te acoge, te adopta. Es de todos.
P. ¿Cree que la crisis sanitaria es una buena fuente de inspiración para un escritor?
R. Las épocas de crisis suelen generar grandes creaciones. La crisis es el caldo de cultivo de nuevas ideas. En la crisis la literatura, el pensamiento se vuelve un artículo de primera necesidad. Ya no sirve la literatura basura. Necesitamos textos nutritivos, que nos sustenten existencialmente, libros para crecer. Necesitamos que nos escriban para entender lo que está pasando.
P. ¿Cómo ha vivido la experiencia del confinamiento?
R. Pues ha sido como un “thriller” apasionante: con subidas, bajadas... Hemos subido al cielo y hemos bajado al cieno. Hemos creído que el mundo sería mejor, hemos temido que fuera mucho peor. Hemos temido al futuro y hemos confiado en el presente. En mi caso, he estado confinada con mi hija preadolescente. Un viaje dentro del viaje. Estábamos solos y estábamos más unidos que nunca. He llorado la muerte de amigos íntimos. El confinamiento ha sido un acelerador de las pasiones y las emociones. Una mezcla entre la magdalena de Proust y “la noche boca arriba” de Cortázar.
P. ¿Los escritores no son, en general, seres autoconfinados?
R. El escritor es un ser auto-confinado: mi ideal es el que expresa Kafka, estar encerrado en una habitación en la que una mano anónima te deposita la comida y la bebida, sin distracciones, viviendo sólo en el libro que escribes. Yo he escrito “La muerte blanca” en un monasterio de monjas cistercienses, encerrada en una celda blanca. Pero es diferente el auto-confinamiento y el confinamiento que te viene impuesto. Para escribir encerrado necesitas tener la certeza de que escribes para un mundo que te espera al salir. En algunos momentos, yo no podía escribir. Fueron los lectores los que en sentido literal me empujaron a hacerlo. Siempre he defendido que no hay nada más interactivo que la escritura. En el proceso de escritura de “Historia del silencio” publicaba partes del libro en Facebook y recibía inmediatamente respuestas. Los lectores eran parte del libro, en cierto modo eran sus verdaderos autores. Defiendo que el lector es el verdadero detective de mi historia. En “Historia del silencio” esto es más cierto que en cualquiera de mis otros libros.
P. ¿Considera que la cultura y la literatura se verán zarandeados por la pandemia?
R. El mundo se verá zarandeado por la pandemia. El S. XXI empieza aquí, igual que el siglo XX sólo empezó después de la I Guerra Mundial. Se puede ver en una anécdota: entraron en la Guerra con faldas largas y corsés y salieron de ella con la minifalda del charlestón. A partir de 2020 empieza el S. XXI. “Historia del silencio” intenta contarnos cómo va a ser el futuro inmediato. Por ejemplo, estoy segura de que volveremos a los bosques. La población que en los años 60 del siglo pasado huyó masivamente a las ciudades volverá al campo a teletrabajar. Y ése será sólo uno de los muchos cambios que veremos. La cultura y la literatura serán un bálsamo para la incertidumbre.
P. ¿Qué ha representado para Vd. el premio compartido con Ian McEwan del Festival Literario de Venecia Incontri di Civiltà?
R. Ganar el Gran Premio del Festival Literario de Venecia con un grande al que tanto admiro como Ian McEwan ha sido una de las sorpresas y de las alegrías más grandes de mi vida. Es un premio a la carrera y una gran responsabilidad, porque premia a los escritores que han aportado más innovación a la lengua y a la creación literaria a nivel mundial y eso es una gran responsabilidad. Después de eso hay que estar a la altura y eso a veces te bloquea.
P. El confinamiento llegó para usted en plena gira de promoción de su novela “La muerte blanca”. ¿Piensa retomarla?
R. Estoy muy agradecida a Italia por la acogida tan impresionante a mi novela “La muerte blanca”. El confinamiento interrumpió una gira que me iba a llevar hasta el último rincón de Italia. Ahora la gira es virtual, me paso el día haciendo videos, directos en Facebook e Instagram, es un mundo nuevo que cambia para siempre la relación entre el autor y su público. Espero que antes de fin de año pueda encontrarme en persona con los lectores italianos de “La muerte blanca” y no sólo online. No hay nada que pueda sustituir un buen abrazo. 
P. Por último, ¿cómo es Venecia, la ciudad donde usted vive, sin turismo?
R. Venecia está reinventándose como ha hecho tantas veces a lo largo de los siglos. Es una oportunidad histórica para escapar de la pesadilla de las “grandes naves”, del turismo de masas, del deterioro medioambiental… Participaré en una lista en las elecciones municipales para pedir que Venecia vuelva a ser un lugar a la medida del hombre, para salvar Venecia mientras todavía haya tiempo.

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