Gabriel García Márquez - Memoria de mis putas tristes
Gabriel
García Márquez
Memoria de mis putas tristes
Mondadori
- 2004
El
regreso del Maestro
A estas alturas, poco se puede añadir a lo que sobre la
última novela del Nóbel colombiano se ha escrito o dicho en los medios de
comunicación. Sobran pues los elogios a una Obra de Arte Literaria, con
mayúsculas, por cuanto Memoria de mis putas tristes es de lo mejorcito de García Márquez, y
decir eso es decir mucho. Baste decir que una vez más se constata la vieja
teoría de que todo comienzo debe encerrar en sí mismo la novela posterior, y
para ello que mejor que ese “El año de mis noventa años quise regalarme una
noche de amor loco con una adolescente virgen”. García Márquez lo había
conseguido de nuevo, aunar pasión, reflexión, trascendencia y literatura en estado
puro, y se disponía a ofrecernos algunas paginas maravillosas sobre los deseos
o necesidades de un periodista soltero, culto y refinado, que desea celebrar
sus noventa años pasando la noche con una chiquita adolescente y virgen. Casi
nada. Un resquicio literario que Márquez ya había utilizado tangencialmente en
anteriores obras (El amor en los tiempos del cólera). Por eso a sus lectores no nos ha
sorprendido la forma utilizada, que a buen seguro hubiera sido llamada a
escándalo si la firmase otro autor menos respetado. Lo de menos es la historia
en si, esto es, que nuestro protagonista se enamore de la niña. Lo
verdaderamente importante y reseñable de
Memoria de mis putas tristes es que estamos ante una construcción casi
perfecta, y que pocas veces podemos recrearnos en el lenguaje gracias a un
escritor. Disfrutar de sus construcciones, recrearse en las paginas del libro
es obligado para degustar Memoria de mis putas tristes como lo que verdaderamente es: la
constatación de que el Realismo Mágico está mas vivo que nunca.
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