Lo indispensable de unas lesbianas de cuidado - Alison Bechdel




Lo indispensable de unas lesbianas de cuidado
Alison Bechdel
Reservoir Books


Brillante, divertido, original, interesante, adictivo y bastante más se podría decir de este libro, ambiciosa recopilación de las historietas publicadas por Alison Bedchel durante más de veinte años en diversos medios, que podemos encontrar en nuestras librerías de la mano de Reservoir Books en un formato contundente de casi cuatrocientas páginas.
Para los que no conozcan a la autora, que tiene publicadas en España otras dos obras, Fun Home y ¿Eres mi madre?, hay que mencionar que es estadounidense y que ha construido una obra básicamente autobiográfica en torno a su familia y a su condición sexual como lesbiana con una sana ironía que suaviza la crudeza de sus propósitos. Fun Home había tenido gran éxito en su publicación en 2006, siendo escogido como uno de los mejores libros del año por la prensa norteamericana y   recibiendo también un Premio Eisner en 2007.
La serie Unas lesbianas de cuidado es una suerte de comedia de situación que se desarrolla en el ambiente lésbico de una ciudad americana que bien pudiera ser Minneapolis dado que Bedchel vivió allí durante varios años. Las tiras aparecieron cada quince días a lo largo de casi veinticinco años tejiendo un inteligente entramado de personajes que representan una variada muestra de los arquetipos que habitan el medio homosexual femenino y que transitan bajo nuestra mirada desde su juventud hasta la madurez gracias a la habilidad narrativa de su autora. Ella misma ha hecho una selección de las historietas que empieza en 1987 con una Mo, alter ego de Bedchel, todavía poco definida en su representación gráfica pero ya presa de neurosis. Mo es una activista de la visibilidad lesbiana, del progresismo, del comercio local y sufre más que disfruta una vida moderna en el seno de su pandilla de amigas. Este grupo que descubrimos en la era Reagan atraviesa los años noventa con la Guerra de Irak y el presidente Bush padre, la presidencia de Clinton y vive la década del 2000 con el retorno de Bush en su versión junior. La crónica social de estos años esta muy presente en el desarrollo de la serie. Los personajes están comprometidos con la realidad como lo esta la autora que se propone con su trabajo “nombrar lo no nombrado, dibujar lo no representado, hacer visibles a las lesbianas”.
Y lo consigue de manera magistral pues el lector participa como uno más de la pandilla en las aventuras cotidianas de Mo y su pareja Sydney, profesora universitaria de materias de enrevesada denominación; de Clarice y Toni, novias, pareja de hecho, casadas y finalmente separadas, madres de Raffi, al que vimos nacer y hacerse un adolescente adicto a los videojuegos; de Sparrow, Ginger y Lois, que comparten casa como una familiar nuclear atípica con Stuart, uno de los pocos hombres que aparece, pareja de Sparrow y padre de JR, de ideología más feminista que el resto de sus compañeras de piso. Gravitan en torno a esta descacharrante casa Jasmine, novia de Lois y madre de Jonas, que en su infancia se convierte en Janis porque decide que nació con el sexo equivocado, Samia, pareja de Ginger, y Cynthia, neoconservadora alumna de esta última cuya gran ambición es convertirse en agente de la CIA.
La lectura de “Unas lesbianas de cuidado” es adictiva y provoca un cierto mono cuando llega al final. Las hemos visto hacerse mayores, nacer a sus hijos, envejecer a sus padres, liarse y separarse, casarse y divorciarse. La galería de personajes secundarios es digna de una teleserie de éxito. Al cabo del libro apetece volver a abrirlo y recorrer de nuevo sus viñetas para apreciar la evolución gráfica de nuestras “heroínas” como las denomina a menudo Alison Bedchel en las introducciones que siguen a sus títulos originalmente rotulados.

© Leonardo Santos


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